¿Hasta cuándo?

El año pasado me quedé de piedra cuando leí en el BOE el plan formativo de los niveles de enseñanza de técnicos deportivos nivel I, II y III de wushu y kungfu. De piedra me quedé, ya que me enteré, después de 35 años dedicado a las artes marciales chinas, que el wushu es una especialidad del judo y el kungfu es una especialidad del kárate. No voy a mentir, aunque en este país y a mi edad ya no me sorprende nada, pero lo de “especialidad de …..” es para mearse y no echar gota, y disculpen mi cierta grosería. Para nada voy a entrar en diles y diretes sobre los términos wushu o kungfu que tanto ha dado de sí, porque como diría el gran filósofo Sr. Puyol “ese tema no toca”, pero que los cientos de maestros de artes marciales chinas nos quedemos calladitos ante tal aberración y asintiendo con la cabeza, o lo que es peor, discutiendo entre nosotros si es o no es oficial mi papelito. Es de juzgado de guardia.

En este país de charanga y pandereta nos toman el pelo un día sí y otro también, porque en esa publicación comenten dos errores (aunque para mí son dos grandes mentiras):

Una es muy evidente: El wushu/kungfu NO es “especialidad de …..”

Y la otra, que por mucho que otros se crean lo contrario, emitir titulaciones de técnico deportivo nivel I, II o III de wushu o de kungfu es una gran mentira ya que al día de hoy en España no están reconocidas como deporte.

Pero no pasa nada, aquí seguimos tirándonos los trastos a la cabeza, desojando la margarita, criticando a los demás, etc…

Hay un refrán que dice “divide y vencerás” y eso es lo que están haciendo con nosotros, porque claramente lo estamos permitiendo desde siempre.

Somos el hazmerreír del mundo de las artes marciales en general. Podemos seguir así todo el tiempo que queramos, pero realmente siento y creo fuertemente que ya toca. “La unión hace la fuerza” ¿os suena de algo?  ¡¡PUES COJONES A QUE ESPERAMOS!!.

Ni en judo ni en kárate, todos juntos a una. Tenemos que luchar por el wushu/kungfu (moderno, tradcional, interno, externo, etc…), por respeto y dignidad de nuestro arte.

No hay otra, sino seguiremos siendo los bufones del kungfu.